El grupo de forajidos
59min - Es el año 1975 y George Lucas tiene un problema. Su nueva película es una ópera espacial, llena de movimiento y velocidad. Pero al no existir ninguna empresa de efectos especiales en Hollywood capaz de abordar su visión, crea la suya propia. Entonces aparece John Dykstra, experto en cámaras, maquinista, motociclista, piloto.
Dykstra reúne un equipo de artistas, constructores y soñadores para unirse a la recién bautizada Industrial Light and Magic. Se insatlan en un almacén vacío de Van Nuys, y llama al operador de cámara Richard Edlund, cuyo extravagante currículum incluye un tiempo en la Marina, fotografía de rock and roll, operario de un teleférico y la invención de un amplificador de guitarra.
Mientras, un anuncio de trabajo para una "película espacial" llama la atención de un artista llamado Joe Johnston, que quiere tardar menos en llegar al trabajo. La oferta para hacer storyboards solo se complica por el hecho de que Joe no tiene ni idea de lo que es un storyboard.
El proyecto de ciencia ficción en Van Nuys atrae el interés de los entusiastas de los efectos Dennis Muren, Ken Ralston y Phil Tippett. Admiradores de Ray Harryhausen, los tres llevan haciendo películas desde la infancia. Al leer el guion de "La guerra de las galaxias", Ralston se maravilla con la oportunidad. Aunque Muren, piensa: "esto es imposible".
Esta "camarilla de gente secreta de efectos especiales", como la describe George, demostrará ser la más adecuada para la tarea. "Creo que quería un grupo de tipos que no supieran lo que es imposible", dice Joe Johnston.
Bajo la dirección de John Dykstra, el equipo trabaja en un sistema de control de movimiento que permitiera a la cámara repetir los movimientos, un prototipo del que Dykstra había sido pionero en unos experimentos en la Universidad de Berkeley.
Pasan los meses, el equipo trabaja dieciocho horas al día en el almacén bajo un calor de casi 40 grados, desestresándose de vez en cuando en toboganes de agua deslizadores en el aparcamiento. El diseñador industrial Lorne Peterson deja boquiabiertos a sus compañeros con un nuevo adhesivo llamado superglue. "En muchos aspectos, hacíamos las cosas sin saber cómo", recuerda Edlund. Para el pintor mate Harrison Ellenshaw, el choque cultural de trabajar en Disney por el día y en el almacén de ILM por la noche fue muy duro: "En Disney era uno de los más jóvenes, en ILM era un viejo".
En seis meses, diseñar y construir todo desde cero ha resultado ser mucho más difícil de lo que se esperaba. Los prototipos de control de movimiento ya están terminados, pero el equipo aún no ha acabado una sola pieza de película. "Hemos construido este violín y tenemos que aprender a tocarlo", explica Edlund. Cuando la fotografía principal termina en Inglaterra, el equipo se apresura a terminar lo que puede. George regresa a ILM, agotado por el rodaje, para ver que su equipo solo ha completado dos tomas de las casi cuatrocientas necesarias. "No estaba... contento", nos dice George.